(CNNMoney) – La industria estadounidense de las tarjetas de crédito está atravesando un cambio importante con la migración a las tarjetas con chip, y los estafadores ya están al acecho.
Los bancos del país han estado enviando nuevas tarjetas de crédito y débito que llevan incorporado un microchip a fin de cumplimentar la nueva regulación que atañe a las responsabilidades por el uso fraudulento de los plásticos, que entró en vigor el pasado primero de octubre. Pero no todos los tarjetahabientes han recibido el nuevo plástico: Una encuesta de septiembre reveló que casi el 60% de los usuarios de tarjetas no han recibido la tarjeta con chip.
Esta distribución heterogénea ha dejado una ventana abierta para las estafas.
Los estafadores están enviando correos electrónicos falsos que pretenden hacerse pasar por los emisores de las tarjetas de crédito, y piden a las a personas actualizar su cuenta enviando una respuesta confirmando su información personal o clicando en un enlace con el fin de obtener la nueva tarjeta, según avisó la Federal Trade Commission o Comisión Federal de Comercio (FTC).
Los estafadores pueden usar la información proporcionada para robar la identidad de un consumidor, y clicar sobre el enlace podría instalar malware y poner en peligro la seguridad de la computadora.
«No hay razón para que el emisor de la tarjeta tenga que ponerse en contacto contigo por correo electrónico – o por teléfono – para confirmar la información personal antes de enviarte una nueva tarjeta con chip,» dijo la FTC en un blog el lunes.
Si no estás seguro si un correo electrónico es legítimo, la FTC recomienda llamar al número de teléfono que aparece al reverso de la tarjeta de crédito para obtener más detalles.
«No confíes en los enlaces o links dentro de los correos electrónicos. Sólo proporciona información personal a través de la página web de la empresa si tú mismo escribiste la dirección web y compruebas que el sitio es seguro», advirtió la FTC.
Las nuevas tarjetas ofrecen más seguridad porque el microchip crea un código único para cada uso con el fin de autenticar una transacción. Las tarjetas antiguas almacenan los datos de pago en la banda magnética en la parte posterior, que es fácil de robar, clonar y colocar en tarjetas falsas.